6 remedios naturales para curar la ansiedad

Cuando acudes al médico con un cuadro ansioso, este suele recetar pastillas para combatirlo. Las pastillas, como bien sabemos, están compuestas a base de drogas que, suministradas en pequeñas dosis, no son perjudiciales para la salud. Sin embargo, cuando se toman estas pastillas existe la posibilidad de que puedan crear adicción sino. Por eso, a veces, los tratamientos naturales son una buena alternativa.

Hay muchos remedios no pertenecientes a la industria farmacológica eficaces para curar la ansiedad. Algunos empiezan a actuar rápidamente, mientras que otros pueden ayudar a aminorar la ansiedad con el tiempo.


Manzanilla


Si te encuentras nervioso, tomar una infusión de manzanilla te ayudará a calmarte. La manzanilla (Matricaria recutita) tiene la capacidad de actuar sobre los mismos receptores cerebrales que actúan los  medicamentos como el Valium.

En diversos estudios realizados por distintas universidades de todo el mundo, se ha comprobado su efectividad. En un estudio realizado por el centro médico de la universidad de Pensilvania, en Filadelfia, los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada (TAG) que tomaron suplementos de manzanilla durante o 8 semanas, tuvieron una descenso notable de los síntomas en comparación a los pacientes que sólo tomaron placebo.


Té verde


El té verde posee un aminoácido llamado L-teanina. Las investigaciones demuestran que la L-tenanina contribuye a frenar el aumento de la frecuencia cardiaca y la presión arterial. En un estudio, sujetos que eran propensos a padecer trastornos de ansiedad, se mostraban más tranquilos al serles suministrados 200 mg de L-teanina previamente al afrontamiento de situaciones que les causaban estrés.


Valeriana


Algunos suplementos herbales reducen la ansiedad sin producir sueño (como la L-teanina), mientras que otros son sedantes. La valeriana (valeriana officinalis) se encuentra en el segundo grupo. Es perfecta para conseguir dormir y tratar el insomnio, debido a su efecto sedante. Hasta el punto de que el gobierno alemán la ha aprobado como tratamiento para problemas de sueño.

La valeriana desprende un olor que a algunas personas puede llegar a resultarles desagradable, por ello existe la posibilidad de tomarlo en cápsulas,  en vez de en infusión.

Es aconsejable tomarla por la noche, y no antes de ir a trabajar o estudiar. A menudo es frecuente combinarla con otras hierbas sedantes como la manzanilla o la melisa. Una forma muy rica de tomarla sería en infusión de leche con manzanilla y un poco de miel para endulzar.


Melisa


Se ha utilizado para reducir el estrés y la ansiedad, y ayudar a dormir desde tiempos remotos. Su consumo es totalmente seguro, pero tenga en consideración que algunos estudios han detectado que tomar grandes cantidades puede causar el efecto contrario. En cualquier caso, es recomendable seguir las instrucciones de un especialista y comenzar con la dosis mínima.

Al igual que la valeriana, la melisa se comercializa en distintos formatos (tintura, cápsulas y bolsas para infusión).


Pasiflora


Igualmente conocida como flor de la pasión, es una planta con propiedades calmantes, tranquilizantes que induce al sueño. También es capaz de reducir los espasmos musculares. Algunos experimentos evidencian que la pasiflora es tan eficaz como muchos medicamentos en la lucha contra la ansiedad.

Se puede encontrar de distintas formas, entre ellas en jarabe. Aunque no es necesaria receta médica, hay que tener ciertas precauciones. Está desaconsejadas para embarazadas, madres con hijos en periodo de lactancia y niños menores de 12 años. Tampoco se debe tomar durante más de 15 días seguidos. En cualquier caso, consulte con su médico o farmacéutico para obtener recomendaciones al respecto.


Lavanda


Desde hace mucho tiempo, las propiedades de la flor de lavanda como sedante y somnífero suave han sido reconocidas mundialmente.  Está indicada para tratar los nervios, los problemas de insomnio y el agotamiento mental.

Una forma eficaz de aplicarla es con tratamientos de aromaterapia a través de aceites esenciales y mediante la aplicación de masajes corporales con estos aceites.

Los mejores tratamientos para combatir la ansiedad

Existen muchos medios para el tratamiento de la ansiedad, algunos van dirigidos a paliar los síntomas temporalmente y a corto plazo, y otros para curarla definitivamente pero a medio-largo plazo. Todo depende de cada persona, circunstancias y la fuerza de voluntad de cada individuo.

Puede tratarse con medicamentos, con la orientación de un psicólogo, naturópata o de manera autónoma con recursos de autoayuda. El tipo de tratamiento a escoger depende sobre todo de las preferencias de cada uno, gravedad y posibilidades económicas.


TRATAMIENTOS PSICOLÓGICOS


Los tratamientos psicológicos son una forma efectiva para curar la ansiedad. No sólo sirven para ayudar a una persona a recuperarse, sino que también son un método de prevención para el futuro.

Hay varios tipos de tratamientos psicológicos. Entre ellos, los más efectivos son: la terapia cognitivo-conductual (TCC) y la terapia conductual. Estas terapias pueden realizase directamente en consulta o vía internet.

Terapia cognitivo-conductual

La TCC es un tratamiento psicológico que se basa en el concepto de que los pensamientos, sentimientos, sensaciones físicas y acciones están relacionados entre sí, y que los sentimientos y pensamientos negativos pueden atraparte en un círculo vicioso. La terapia consiste en trabajar con un profesional, mediante conversación, para reconocer los patrones del pensamiento y actos que te causan la ansiedad o impide la mejoría de la misma. Una vez que estos patrones son reconocidos, la persona puede sustituirlos por otros nuevos, de manera voluntaria y consciente, que hacen reducir la ansiedad y mejorar las habilidades de afrontamiento.

Terapia conductual

Es distinta de la TCC. Consiste en alentar a la persona tratada a aumentar el nivel de actividad y satisfacción en su vida.

A menudo los problemas de ansiedad persisten porque las personas evitan las situaciones que les provocan miedo. Al evitar estas situaciones de temor, no se tiene la oportunidad de aprender que se es capaz de soportarlas. Esta terapia se basa principalmente en la “exposición gradual”, esto es, exponer gradualmente a la persona a las situaciones que les hace incomodar para que aprenda a afrontarlas sin temor y sin la necesidad de escapar.

Hoy día existen plataformas donde psicólogos especialistas ofrecen sus servicios online para aplicar este tipo de terapias. Las ventajas principales son: suelen ser más baratos que un psicólogo presencial y que las terapias se pueden realizar desde casa con idénticos resultados.


TRATAMIENTOS MÉDICOS

Está demostrado que la terapia psicológica es lo más efectivo para ayudar a superar la ansiedad. Sin embargo, si los síntomas son graves, los tratamientos médicos son de gran utilidad.

Medicamentos antidepresivos


Algunos tipos de antidepresivos pueden ayudar a manejar la ansiedad, incluso si no estás experimentando síntomas de depresión.

Las investigaciones indican que cuando las personas padecen de trastornos de ansiedad, se producen cambios en las sustancias químicas del cerebro (serotonina, noradrenalina y dopamina). La medicación antidepresiva está destinada a corregir estos cambios en las sustancias químicas para mejorar la conexión neuronal en el cerebro.

¿Cuáles son los efectos secundarios? Como cualquier otro medicamento, la medicación antidepresiva también puede provocar algunos efectos secundarios. Los efectos pueden ser: náuseas, dolores de cabeza, sudoración, mareos, sequedad en la boca, dificultad para excitarse sexualmente y aumento de peso.

¿Durante cuánto tiempo son necesarios los antidepresivos? La cantidad de tiempo que una persona necesita tomar antidepresivos depende de la gravedad de su enfermedad y la respuesta hacia ellos. Algunas personas sólo necesitan ser suministrado por un breve periodo de tiempo, mientras otras personas pueden necesitarlos de manera continuada. En todo caso, el especialista será el que evalúe esta condición.

Benzodiacepinas


También denominados sedantes, tienen como finalidad ayudar a inhibir los síntomas de los ataques de pánico. Son medicamentos normalmente presentados en forma de pastillas. Se prescriben para su aplicación a corto plazo. Producen sueño y reducen la tensión muscular, pero son altamente adictivas, por lo tanto, no se recomienda su uso para un largo periodo de tiempo. En cualquier caso, al igual que para los antidepresivos, el médico será quién guíe el tratamiento y establezca la duración del mismo.


OTROS MÉTODOS DE APOYO

A todo lo anteriormente descrito existen distintas alternativas no convencionales, pero no por ello menos eficaces. Son complementarias a las demás, es decir, se pueden realizar a la vez, o incluso posteriormente para terminar de conseguir una recuperación total.

Recuerda que la recuperación puede llevar tiempo, y al igual que dos personas son distintas, también lo es su recuperación.

Amigos y familia


Los amigos y los miembros de la familia juegan un papel importante en la recuperación de una persona, pueden ofrecer apoyo, compresión y ayuda. Las personas con depresión y ansiedad tienden a encerrarse, y eluden la vida social por temor. Pasar el tiempo a solas hace que se dificulte la recuperación, por eso es importante convencerles de que participen en actividades y socialicen. Estar en conexión con la gente ayuda a aumentar los niveles de bienestar y confianza.

Ejercicio físico


Está demostrado que el ejercicio es una buena manera de ayudar a prevenir y manejar la depresión y ansiedad leve o moderada. Mantenerse activo ayuda a levantar el estado de ánimo, mejorar el sueño y aumentar los niveles de energía. Ayuda a bloquear los pensamientos negativos y a olvidarse de las preocupaciones cotidianas. Aumenta las oportunidades de socializar y el bienestar general. El ejercicio también puede cambiar los niveles de sustancias químicas en el cerebro.

Dieta


Los alimentos pueden desempeñar un papel importante en el mantenimiento de la salud mental, así como en la salud física. En general, llevar una dieta nutritiva y equilibrada te ayuda a tener sensación de bienestar general. También existen estrategias nutricionales específicas que pueden mejorar el estado de ánimo y mantener el funcionamiento del cerebro sano.

Ejercicios de relajación


Existen diversos ejercicios enfocados a la relajación. Entre ellos, la relajación muscular progresiva. Consiste en relajar y tensar voluntariamente grupos musculares específico para tener un mayor control de nuestro cuerpo. Otro tipo de ejercicio es imaginar  situaciones o lugares relajantes y así conseguir un dominio de la mente, es decir, aprender a enfocar nuestro pensamiento en cosas distintas. El yoga o el taichí también pueden ser una opción alternativa.

Terapia a base de plantas


Existen muchas plantas que pueden ayudar a aliviar los síntomas, sin embargo, su uso está recomendado para desordenes de carácter leve o moderado. En ningún caso van a ayudarte a aliviar los ataques severos. Se pueden presentar en distintos formatos, cápsulas, sobres para infusiones, pastillas, jarabes o de forma natural (flor, hoja, raíz, tallo, etc.). La principal ventaja es que no producen efectos secundarios adversos.

Cuáles son los síntomas de la ansiedad y cómo nos afectan

En esta ocasión vamos a descubrir cuáles son los síntomas de la ansiedad, cómo nos afectan y qué condiciones se tiene que dar para considerar que estamos inmersos en una patología severa.

Los síntomas varían mucho de unas personas a otras, al igual que la intensidad que experimentan. Sin embrago, son conocidos e identificables y es necesario que se den varios “a la vez” (en un corto periodo de tiempo) para considerar que padeces ataques de ansiedad. De manera consensuada, se considera que es necesario que al menos se den cuatro síntomas o más simultáneamente para poder diagnosticar como tal esta enfermedad.

A pesar de lo explicado anteriormente, existe una serie de síntomas comunes que las personas experimentan en forma de sentimientos, comportamientos, pensamientos y sensaciones físicas. Es útil proporcionar algunos ejemplos para que puedas identificar si tienes algunos de ellos, y le pongas solución cuanto antes. Recuerda que cuanto antes tomes medidas, antes podrás recuperar tu tranquilidad y felicidad.


Síntomas físicos


Se refiere a las sensaciones que se producen en nuestro cuerpo.

  • Dificultad para respirar o sensación de asfixia.
  • Palma de las manos sudorosas.
  • Taquicardias, corazón acelerado o sensación de que vas a sufrir un infarto.
  • Dolor en el pecho o malestar.
  • Tensión-rigidez muscular, temblor.
  • Fatiga, diarrea y dolor fuerte de estómago.
  • Dificultad para tragar.
  • Mareos y sensación de desmayo.
  • Calores o escalofríos.
  • Entumecimiento y hormigueo en cualquier parte del cuerpo (manos, cara, boca, pecho, etc.).
  • Sequedad en la boca.
  • Perturbación del sueño, insomnio.

Estos síntomas son causados por los cambios fisiológicos que ocurren en el cuerpo durante una respuesta de lucha o huida. Lamentablemente, nuestros cuerpos no distinguen entre un peligro real y presente (miedo) y un peligro imaginario o anticipado en el futuro (ansiedad). Sin embargo, es necesario que exista un cierto nivel de intensidad, duración y frecuencia para ser considerado un desorden,  y que la sensación de angustia interfiera con el funcionamiento normal de nuestro cuerpo.


Síntomas conductuales


Se refiere a lo que hacen o dejan de hacer las personas cuando se sienten ansiosos.

Las respuestas típicas del comportamiento pueden ser:

       Conductas de evitación de las situaciones que provocan ansiedad, tales como evitar situaciones sociales o lugares.

  • Escapar de una situación productora de ansiedad como, por ejemplo, un aula llena de gente.
  • Consumo frecuente y excesivo de alcohol y drogas como medio de escape.
  • Sentirse obligado a limitar las actividades habituales y buscar como zona de seguridad la propia casa.
  • Dependencia y necesidad de estar rodeado de una o varias personas para encontrar confort y seguridad.

Estas estrategias de evitación y escape no hacen más que empeorar la situación. Por lo tanto, son estrategias contraproducentes que no debemos realizar y, en la medida de lo posible, hay que hacer todo lo contrario sin que ello suponga también un empeoramiento.


Síntomas emocionales


Sin ir más lejos, se entienden como lo que sentimos ante un estado de nerviosismo.

  • Preocupación.
  • Angustia.
  • Temor.
  • Miedo.
  • Nerviosismo.
  • Pánico.
  • Pensamientos negativos.

Entiende qué es la ansiedad en 6 pasos

Por regla general, la gente relaciona la palabra “ansiedad” con algo malo o negativo y no como lo que es (lo veremos a continuación). Por otro lado, cuando sufrimos ataques de ansiedad, estamos más pendiente de los síntomas que tenemos (dolores de estómago, taquicardias, sensación de asfixia, etc.) que en entender lo que nos está pasando. Pensamos que nos vamos a morir y que cada vez estamos más débiles. Desafortunadamente, estos pensamientos consiguen que nos sintamos cada vez más ansiosos y perdamos la autoconciencia. Por lo tanto, el primer paso para gestionar con éxito la ansiedad y coger el toro por los cuernos es entenderla y reconocerla.

1. Es algo normal. Todo el mundo experimenta esta sensación a veces. Por ejemplo, cuando se tiene una entrevista de trabajo, en el momento previo a un examen o cuando estas montado en una montaña rusa.

2. Es adaptativa. Es un sistema de defensa de nuestro cuerpo que ayuda a protegerte de un peligro real (te permite actuar ante un posible atropello cuando estas cruzando un paso de peatones). Pero esta respuesta también puede ocurrir cuando, sin existir un peligro real, nuestro cerebro lo interpreta como tal. Es en este momento es cuando se produce el problema.

3. No es peligrosa. Aunque la ansiedad es una respuesta preventiva-defensiva del cuerpo, puede hacernos sentir incómodos, pero no es peligroso, debido a que, como se ha comentado con anterioridad, la finalidad es protegerte del peligro.

4. No dura para siempre. Cuando estás ansioso, la percepción es que va a durar para siempre y no se va a ir. Sin embargo, la ansiedad es algo temporal que disminuye paulatinamente.

5. Puede convertirse en un problema. Es un problema cuando nuestro cuerpo reacciona como si hubiese un peligro cuando este realmente no existe.

7. Los problemas de ansiedad son comunes. Uno de cada diez adultos sufre de esta patología. Se estima que entre 1/5 y 1/3 de la población la padecerá alguna vez en la vida.