Al año siguiente, ya en el instituto, me ocurrió lo mismo en repetidas ocasiones. En algunas ocasiones tuve que desistir de seguir completando mi examen. Se me aceleraba el corazón, me ponía muy nervioso, luego me entraba un calor horrible y empezaba a sudar muy frío. Tras esto, se me enfriaba el cuerpo.
También recuerdo episodios donde era más pequeño y tenía pensamientos relacionados con la muerte. Imaginaba que estaba en un ataúd y dentro del nicho y que no podía hacer nada por salir. Era una sensación de agobio muy mala.
Al final, todas estas experiencias negativas y pensamientos oscuros te llevan hacia un estado muy desagradable e indeseable.
Mi primer ataque de ansiedad
Todavía recuerdo mi primer ataque de ansiedad, aunque ya ha pasado varios años. Es una de las experiencias más traumáticas de mi vida.Tras los constantes fracasos de la última época en os estudios, conseguí levantar cabeza e ingresar en la universidad. Los dos primero años de universidad me fueron muy bien, saqué unas notas excepcionales y lo aprobaba casi todo, pero a los dos años se me empezaron a acumular los problemas. Tenía problemas de pareja y mucha presión.
Después de un verano de trabajo muy agitado vino la tranquilidad y estallé después de finalizar una sesión de entrenamiento. Había estado haciendo Crossfit, un deporte de alta intensidad. Cuando finalicé la sesión las pulsaciones no bajaban y me faltaba el aliento, entonces me puse muy nervioso. Mi cabeza empezó a enfocar su atención en los síntoma que tenía en el momento y pensé que estaba a punto de desmayarme, que me podía dar un infarto, etc. Lo pasé muy mal y el médico me diagnosticó que estaba sufriendo un ataque de ansiedad. A partir de entonces fue un sin vivir constante, una pesadilla.
Ataque de ansiedad en La Galería Jerez
En esta ocasión fue la vez que peor lo pasé. Estaba en la discoteca La Galería Sala Club, actualmente La Galería Premium Club. Anteriormente había estado bebiendo en el famoso botellón, tampoco bebí mucho, sólo 3 copas de ron con refresco de cola.
Una vez llegamos a la discoteca, mis amigos y yo hicimos lo que se hace habitualmente, bailar y pasarlo bien. Sonaba buena música, la mejor del momento. Bailábamos, ligábamos con las muchachas que por allí rondaban y reíamos. Al rato, de tanta agitación, baile y salto, me empecé a sentir cansado. No me llegaba el aire, me daba la impresión de que iba a sufrir un ataque al corazón. Al final mis amigos me tuvieron que llevar urgentemente al hospital. Allí me dijeron que el alcohol no es recomendable cuando se pasa por una época ansiosa. El alcohol agrava el estado, por muy poco que se beba, al igual que el café.
Actualmente me encuentro perfectamente, no es fácil salir de ello, pero nada es imposible y se puede conseguir con mucho esfuerzo y actitud. A veces tengo un pequeño repunte, pero soy capaz de gestionarlo y controlarlo inmediatamente.
Te animo a poner los pies en el suelo, tomar las riendas y encauzar tu vida como lo hice yo.
